Consejos de autoprotección
Es necesario que conozcamos como se tiene que actuar frente a fenómenos peligrosos como son los movimientos de ladera. A continuación explicaremos una serie de normas de autoprotección de cómo comportarse de forma adecuada mientras el fenómeno se está produciendo y una vez ya se ha producido.
Los movimientos de ladera, como son los deslizamientos, los desprendimientos y los flujos, consisten en rocas, tierra y/o barro que se mueven pendiente abajo. Pueden ser grandes o pequeños, rápidos o lentos. En Cataluña se desencadenan principalmente por lluvias intensas y/o persistentes, ciclos de hielo-deshielo y por modificaciones hechas por el hombre en taludes y laderas.
Antes del fenómeno
Es necesario que nos informemos del riesgo de movimientos de ladera de donde vivimos y de las zonas que más frecuentamos.
Es necesario que no construyamos ni ocupemos las zonas cercanas a taludes con fuertes pendientes, escarpes, rieras y torrentes.
Con lluvias torrenciales hay que evitar pasar por el pie de las laderas donde pueden producirse desprendimientos y deslizamientos. SI se tiene que pasar, hay que hacerlo poniendo mucha atención.
Es necesario que conozcamos por donde circulan las aguas de lluvia cerca de las zonas que más frecuentamos. Son zonas que conviene evitar en caso de lluvias intensas.
Si construimos en una zona de riesgo, podemos minimizar el peligro con medidas de protección. Para ello es necesario buscar el consejo de profesionales.
Reconozcamos las señales de peligro
El paisaje puede presentar cambios como pequeños movimientos de tierras, inclinación de árboles o modificación del drenaje del terreno.
De golpe las puertas y ventanas cierran mal o sus marcos se descuadran.
Aparecen nuevas grietas en el edificio.
Los elementos externos de las viviendas o estructuras auxiliares, como cobertizos, piscinas, escaleras, caminos, vallas o muros, se desplazan o se inclinan.
Aparecen grietas o deformaciones en el terreno, pavimentos o aceras.
Se rompen cañerías de servicio.
El terreno se deforma.
La pendiente del terreno cambia de dirección.
El agua se infiltra o satura el terreno por zonas donde no lo hacía antes.
Si el fenómeno se está produciendo, un sonido parecido al de un trueno aumenta en volumen a medida que el fenómeno se acerca.
Sonidos inusuales de árboles rotos o bloques de piedra chocando, pueden indicar un movimiento de ladera.
Áreas susceptibles a generar movimientos de ladera
Donde existan movimientos de ladera anteriores.
En la parte superior o en la base de taludes y vertientes.
En el cauce o cerca de ríos, rieras y torrentes.
Terraplenes.
En la coronación o en la base de escarpes o vertientes con fuerte pendiente.
Áreas generalmente seguras enfrente movimientos de vertiente
En roca poco fracturada.
En zonas planas alejadas de zonas con cambios de fuertes pendiente.
A cierta distancia en la parte superior de los escarpes.
En el momento que se produce el fenómeno
Si nos encontramos en una zona peligrosa hay que abandonarla, para no exponernos más todavía. Es necesario quitarse de la trayectoria del movimiento de ladera.
Es necesario estar pendientes de los ruidos inusuales que pueden indicar que el terreno se mueve. Pequeños movimientos de ladera pueden preceder a movimientos más grandes.
Es necesario que circulemos con precaución por los tramos señalados con peligro de desprendimientos, especialmente cuando llueve o ha llovido, ya que podemos encontrar rocas, tierras y/o barro en la carretera.
No debemos cruzar ríos, rieras y torrentes si la vía está inundada. La fuerza del agua junto con el barro y la piedra que puede contener, puede ocasionarnos daños importantes y, incluso, la muerte.
Si nos encontramos cerca de una riera o torrente, tenemos que estar atentos a variaciones repentinas del nivel de agua. Estas variaciones pueden indicar que se ha producido un movimiento de vertiente aguas arriba.
En una situación de peligro, buscar un lugar seguro y abandonar las pertenencias.
Si sospechamos de un movimiento de ladera inminente o si se ha producido, es necesario avisar a los servicios de emergencia, informar a nuestros vecinos y ayudarlos, si hace falta, en la evacuación de la zona de peligro.
Después del fenómeno
Si el deslizamiento o el desprendimiento ha afectado a nuestra casa es necesario que salgamos lo más rápido posible a una zona alejada y segura.
Si conducimos con lluvias intensas, es necesario estar atenemos a la vía y a los taludes, ya que son susceptibles generar movimientos de ladera. Es necesario que nos fijemos si vemos barro, rocas o deformaciones en el pavimento, puesto que pueden indicar la presencia de un movimiento.
Es necesario que circulemos con precaución por los tramos señalados con peligro de desprendimientos, especialmente cuando llueve o ha llovido, puesto que podemos encontrar rocas, tierras y/o barro en la carretera.
Es necesario que no nos quedemos en la zona cercana al deslizamiento o desprendimiento ya que es posible que se pueda producir otro.
Es necesario que avisemos a los servicios de emergencia, dando toda la información posible del lugar y de los daños, especialmente si ha afectado a personas.
Es necesario que dejemos libres las líneas telefónicas para no colapsarlas.