Recursos hídricos
El ICGC combina datos LiDAR con cámara digital para la estimación del espesor de nieve que se integran en la evaluación de los recursos hídricos
Conocer los recursos hídricos existentes en forma de nieve permite, por un lado, gestionar su consumo, especialmente en regiones donde la demanda supera las reservas, y por otra parte, prever posibles inundaciones.
Además de la distribución y espesor de nieve acumulada, la forma de las cuencas hidrográficas también es un aspecto importante a tener en cuenta a la hora de calcular modelos de recursos hídricos, ampliando aún más la zona a observar.
Alternativas
En cuanto al espesor de nieve, se pueden hacer medidas puntuales, pero en grandes extensiones de terreno sería poco eficiente. Además, esta técnica implica una extrapolación con resultados habitualmente poco precisos por las características morfológicas de la nieve.
Una solución más eficiente sería volar la zona cuando no hay nieve, para tener el terreno de referencia (espesor 0), y posteriormente cuando hay nieve, a fin de calcular la diferencia.
La obtención del relieve sin nieve podría hacerse mediante restitución fotogramétrica, pero esta técnica no se puede utilizar con superficies nevadas porque no permiten visión estereoscópica.
Con el LiDAR adquieren directamente puntos de la superficie, nevada o no, salvando el problema de la restitución, sin mermar resolución ni precisión, y agilizando el cálculo de las diferencias en cuestión.
En cualquier caso, no hay que despreciar la fotografía aérea para delimitar zonas nevadas.
Descripción de la solución
Aunque se puede hacer únicamente con LiDAR, el ICGC suele realizar un vuelo combinado con cámara digital para mejorar los resultados (por redundancia). En cualquier caso, se planifica el vuelo para conseguir al menos 1 punto / m2 y 15 cm de precisión en altura.
A partir de estos vuelos (con y sin nieve) se generan los Modelos Digitales de Elevaciones (MDE) respectivos, y simplemente se quedan, obteniendo un modelo de diferencias correspondiente al espesor de nieve.
Para garantizar la fiabilidad de las cifras, se revisa el modelo resultante con las fotos aéreas, discriminando aquellas diferencias de altura que no son debidas a acumulaciones de nieve (cambios del territorio). También se analizan aquellas zonas donde se han detectado espesores de nieve extremadamente elevados, descartando aquellas coincidentes con construcciones para ser erróneas (se trata de un efecto técnico).
Además de la distribución y el espesor de nieve, para calcular el volumen de agua también se necesita conocer la densidad de la nieve. Con esta finalidad, el ICGC realiza medidas puntuales mediante sondas especialmente diseñadas, y posteriormente se crea el modelo de densidades utilizando métodos estadísticos (escasa variabilidad espacial).
Una vez se dispone de los diferentes parámetros se puede calcular el Snow Water Equivalente (SWE) y aplicar diferentes modelos de fusión para incorporar los datos en un Sistema Automático de Alerta Hidrogeológica (SAIH).
Adicionalmente el cálculo de reservas de agua hay que considerar las cuencas hidrográficas para su gestión: no toda el agua va a la misma cuenca. En este sentido, si no se dispone, el ICGC crea un MDE también a partir de vuelos LiDAR, e incluso obtiene datos específicos para el cálculo de modelos hidrológicos e hidráulicos que permitan un conocimiento más exhaustivo del ciclo del agua.
Artículos
I. Moreno et al., International Snow Science Workshop 2009.
A. Ruiz et al., 3a Jornada Tècnica de neu i allaus, 2008.
Proyectos realizados
- Estudio de recursos hídricos en la Valle de Núria.