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Evolución de costas

El ICGC con datos LiDAR monitorea la costa y los posibles contaminantes con sensores hiperespectrales aerotransportados e imágenes satélite

Imagen aérea de una zona costera con infraestructuras viarias

Las zonas costeras son ecosistemas frágiles, pero a la vez concentran la mayor parte de la población y de las actividades económicas y turísticas, de tal forma que la erosión producida por las tormentas, agravada por la existencia de puertos y espigones que interrumpen el transporte natural de sedimentos, y la urbanización de cuencas hidrográficas entre otras acciones que merman la aportación de material de los ríos, pueden causar daños importantes.

Efectos menos inmediatos pero también graves son los causados ​​por el incremento del nivel del mar, disminuyendo la superficie de costa, ampliando las zonas con riesgo de inundación, introduciendo agua salada, eliminando humedales...

Todo esto implica un control de estas áreas que permita dimensionar las acciones a emprender, observando más o menos parámetros en función de los objetivos: volumen de material a manejar en la regeneración de playas, clasificación de hábitats, etc.

Este control se ve apoyado por algunas políticas comunitarias e internacionales sobre la gestión de costas y sus recursos, que solicitan la disponibilidad de datos para tomar decisiones.

 

Alternativas

Un método para observar la evolución de la costa sería mediante fotografía aérea, y aunque permitiría hacer tareas de delimitación, difícilmente se podrían obtener datos 3D en zonas de arena por falta de visión estereoscópica (no hay textura).

El LiDAR topográfico (aerotransportado) puede considerarse óptimo para calcular diferencias en la costa, aunque no penetra el agua.

Los LiDAR batimétricos actuales permiten obtener datos simultáneamente por encima y por debajo del agua, pero es necesario que ésta sea clara (donde rompen las olas no lo es) y la profundidad inferior a 50 m, y además su proceso es complejo, puede afectar al ojo humano, y el precio es más elevado.

Con lo anterior se puede concluir que, si sólo se quiere estudiar la zona emergida, es preferible el uso del LiDAR topográfico.

Compatible con los métodos anteriores se podría citar el uso de sensores hiperespectrales y térmicos para conocer la evolución de elementos contaminantes, pero se limitarían básicamente a este aspecto.

 

Descripción de la solución

La técnica del ICGC para analizar cambios estructurales en el territorio se basa en la realización de vuelos LiDAR en diferentes fechas. Como la costa normalmente puede cubrirse con una sola pasada, resulta una técnica económica y amplía la frecuencia de paso para disponer de más datos, por ejemplo con marea alta y marea baja.

Hay que remarcar que el ICGC aplica un ajuste de pasadas desarrollado específicamente para corregir los errores en altura que pueden tener los puntos LiDAR y lograr así una elevada precisión.

A partir de estos puntos LiDAR se generan los MDTs que permitirán crear el modelo de diferencias correspondiente (y de ahí el cálculo de volúmenes, etc.), teniendo en cuenta que la línea de costa se dibuja manualmente porque todavía no se dispone de un buen algoritmo para hacerlo de forma automática, sucediendo lo mismo con la clasificación de los puntos que pertenecen al agua.

La misma técnica sirve de forma directa para la detección de nuevas construcciones, susceptibles de ser ilegales por la protección especial de las zonas costeras.

Además, toda esta información, relacionada con datos de otros tipos (hidrografía, estructuras, etc.), puede ser utilizada en análisis posteriores para conocer el impacto de ciertas construcciones en los procesos naturales.

Representación de una zona costera a partir de datos LiDAR en dos fechas diferentes

 

Artículos

 

Proyectos realizados

  • Evolución anual de la costa catalana. Generalitat de Catalunya.
  • Evolución de la playa de Pravia, Asturias. INDUROT.
  • Estudio de la costa de Guipúzcoa. Diputación Foral de Guipúzcoa.
  • Regione Emilia Romagna (Itália).

 

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